domingo, 8 de marzo de 2009

CRONICA

EL VUELO.

POR: Viviana Gómez Atehortúa.

En medio del bullicio de los espectadores. En el ir y venir de los presentes y en la ausencia misma de la realidad Enrico toma su monociclo y al instante comienza a jugar. No importa nada más que la diversión del mismo anfitrión y a juzgar por la misma tonalidad en sus ojos se percibe que lo que se busca es un escape de la realidad. En el aeropuerto como mal se llama un sitio de la universidad solo se respira naturaleza envuelta en papel de cigarrillo o cuero como algunos le llaman y como de más no se podía hablar mi propia realidad se comenzaba a distorsionar.

Difusos por los viajes que cada uno de los asistentes tenia en si mismos, no eran capaces de apreciar el arte que el espacio mismo propiciaba, indiferentes se mostraban ante aquel pasatiempo adquirido por Enrico hace ya cinco años o más.

Con el caer de las hojas en medio de un hermoso atardecer las venas de sus brazos se comenzaban a brotar dando muestra del esfuerzo realizado en el vivir diario y de la misma entrega a su trabajo.

Solo significaba una pequeña muestra de su labor el estar montado sobre una rueda con pedales, pero en el instante mismo en el cual sus pies tocaron el suelo firme se dio inicio a la acción verdadera. Fue de mi sorpresa encontrar un par de sancos guardados en su morral y aunque realmente el skyrunner es mas considerado como un deporte extremo Enrico se apodero de el, para elaborar sus actos además de innovar en su estilo de trabajo. Su vuelo aun continua y se incrementa con el pasar de los minutos siendo sus sancos quienes le permiten hacer esto realidad. Pudiendo alcanzar altura de hasta dos metros contando solo con un par de resortes y un equilibrio espectacular.

Los presentes continúan siendo indiferentes a la realidad, el humo comienza a volverse tan insoportable que un ligero dolor atraviesa mi cabeza de extremo a extremo sin parar, pero para Enrico el humo solo significa un elemento mas de su entorno natural continuando con sus maromas y piruetas en el aire y la completa dispersión de sus pensamientos. Lentamente comienza a descender a la realidad y sus pies al paso de su mente se tornan quietos y buscan el descanso en el borde de un escalón.

Ahora la risa es quien se apodera de el. Con un fuerte suspiro y un silencio ínfimo detalla el pasar de sus días en la soledad de tantas ciudades. Algunas incluso sobre pobladas pero su soledad continuaba presente en aquellos instantes. ¨el estar rodeado de tantos y no conocer a nadie es estar completamente solo¨ a pesar de esa soledad; continuaba luchando por sobrevivir buscando solo en aquellas grandes urbes la razón a su existencia. ¨Paso de ser un operario más del sistema a ser su propio jefe¨, quizás no con las mismas condiciones y remuneraciones dadas anteriormente, pero sí, con la libertad que buscaba para expresar al mundo lo que deseaba.

De su tula adquiere una bola recubierta con un trozo de pana roja y un retazo de seda violeta su objeto más consentido; su bola de cristal o como el la llama: ¨su contacto¨. Mientras está, recorre sus brazos y pasa por cada uno de sus dedos, Enrico resguarda sus pensamientos, se sumerge en el mágico mundo de la bola de cristal por medio de la cual logra observar el mundo de una manera muy particular y repite muchas veces que ¨lo mas importante es no dejar de soñar, por ello siempre hay que ser un niño de verdad.¨ al fin descubrí que su risa presente figuraba una mascara que ocultaba su realidad, no es necesario el maquillaje en este caso. Cuando se quiere observar mas allá se puede lograr y tras esas líneas de expresión marcadas alrededor de sus ojos además de las muchas otras que conectaban su boca con sus mejillas sonrojadas, se podía apreciar el dolor y las lagrimas represadas a causa de la perdida de su madre y el abandono de su padre a una muy corta edad obligándolo así a realizar lo que hoy día representaba su orgullo y motor de subsistencia, su trabajo como clown. En su oficio se hace llamar bombas y aunque el personaje es bastante simpático, divertido y coqueto Enrico aclara que es totalmente contrario a su personalidad. Él es tan solo un hombre con mil sueños por realizar, con un espíritu emprendedor y un alma aventurera, pero tímido y discreto ante la presencia de los demás.

Los lapsos de tiempo significan además espacios para el mismo animo y la disposición manifestada por Enrico, en unos instantes se mostraba atento a la conversación que fluía de manera natural, al cabo de unos segundos se tornaba mas tímido y resguardaba sus palabras aunque sus ojos continuaban siendo el único conector de pensamientos y palabras mudas que delataban claramente su temor o rechazo ante diferentes eventualidades manifestadas en el transcurso de la conversación. El vuelo seguía presente aunque comenzaba a perder su fuerza. Quizás sea por la reacción de su mismo organismo o simplemente por que alguna de las palabras logro tocar su corazón tan profundamente que en un instante inesperado lo trajo de nuevo de a la realidad.

El público comenzó a alejarse, comprendí que no estaban allí presentes con el interés real de observar la función sino más bien buscaban compartir un espacio en el cual pudiesen salir de sus rutinas de estudio y pasar un rato agradable en medio de sus mundos subjetivos, espacios creados en sus mentes y solo factibles para si mismos, en donde controlaban sus propias realidades y hacían posible aquello que en el mundo real no es posible ni permisible.

La función ha terminado y Enrico se torna cansado, es normal que después de tanta combinación de euforia, adrenalina, alegría, tristezas y a esto además le sumamos sustancias que alteran los sentidos propios de cada organismo solo queda un despido.

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